Una reflexión: la opinión publicada debería rebelarse de una vez contra la tendencia de los partidos a valorar las elecciones autonómicas y municipales según la suma de los votos obtenidos en los miles de ayuntamientos de España. Es un baremo llamativamente poco riguroso que, sin embargo, compramos sin rubor alguno. Tan ridículo es guiarse por él en 2003, cuando el PSOE sacó pecho en una jornada que, en plena ira ciudadana contra el PP por la guerra de Irak, apenas le permitió rascar nada tangible, como en 2007 , cuando Rajoy pensó que era la prueba empírica de su (nunca producida) victoria en 2008. Compruebo con estupor que hoy sigue siendo el asidero del PP y de sus distintas terminales mediáticas. Pero no cuela. El resultado del PP ha sido catastrófico. Ni más ni menos. Todo le ha salido mal. Lo que se esperaba y lo que no. Ha sido un batacazo -no quedaría bien que parafrasearemos aquí a Rita Barberá – de indescriptibles dimensiones....
((Publicado originalmente en Infoshakers el 20 de septiembre de 2015)) De pocos partidos se esperaba menos en la presente campaña electoral que del Partit des Socialistes de Catalunya (PSC). Y, héteme aquí que llevamos una semana hablando de su candidato, Miquel Iceta . Nada ha cambiado en lo fundamental: los socialistas catalanes siguen siendo una de las opciones más frustrantes sobre el tablero. No son nada hoy día y nada quieren ser en el futuro. Agua del grifo en una fiesta estudiantil. Pero se ha producido una absoluta revolución en lo superficial con el hasta ahora inédito carácter bailongo de su histórico dirigente. Alabado por su inteligencia por aquellos que le conocen, Iceta ya demostró ser, cuanto menos, muy valiente cuando fue el primer político español en hacer pública su homosexualidad allá por 1999. Han pasado ya 16 años. Eran, ay, otros tiempos. Superado ese primer armario con, insisto, elogiable valentía, el candidato socialista ha hecho tri...